Adivinando el pasado.


Muchas veces, cuando echamos la vista atrás, cuando rememoramos acontecimientos que nos marcaron de algún modo, no podemos estar seguros de que las sensaciones que nos invaden sean las mismas que sentimos en aquel momento, y no lo achacaría al olvido, más bien la tendencia a idealizar o demonizar sería la culpable.
Uno de los sentimientos (o sensación, según puntos de vista), en los que más claramente se presenta la discrepancia entre la realidad presente y la realidad pasada, es el amor. Cuando nos enamoramos, es una sensación intensa, arrebatadora, pero con el paso del tiempo, en muchas ocasiones nos preguntamos si realmente fue algo tan especial, algo tan mágico, intentamos reproducir nuestro estado de ánimo en aquellos momentos y nos resulta imposible, damos vueltas a la cabeza, nos preguntamos si fue algo real o simplemente una quimera.
En estas ocasiones, el pasado no lo recordamos, tenemos casi que adivinarlo…

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